diciembre 21, 2008

Amor En Blanco Y Negro (I). El Reencuentro

...Ahora, años después y con nuestras vidas contrariadas por atajos del destino, volvemos a encontrarnos; extraña situación, tan sólo unos pasos nos separan, pero la distancia parece infinita con nosotros frente a frente y cañón en mano; las hirientes palabras escondidas en este silencio se mezclan con el aroma de la sangre, póvora y de tu perfume siempre tan original y que no cambias a pesar del tiempo...y al poco tiempo me empiezo a contrariar, porque mientras nuestras almas se besan entre nosotros, estamos implacables, con el dedo tembloroso sobre el gatillo y la mirada fija en los ojos del otro; y, mientras fuera hay un alboroto de balas, gritos y muebles que se rompen, esta habitación parece haber guardado paz sólo para nosotros... me acerco lentamente a la puerta y la cierro, y empiezo a reír por lo bajo, es lo único que puedo hacer ante la ironía de haber pasado siglos luchando por nuestro amor prohibido, y ahora encontrarnos así, libres, pero en bandos antagonistas y envueltos en una lucha a vida o muerte. Ante mi risa te asustas -¡No te muevas!- dices, pensando que río planeando algo. -¡Suelta el arma!- No puedes ocultar la voz temblorosa ni las lágrimas que ruedan discretamente por tu mejilla, así como por la mía también cae una. Sin decir nada, me acerco a ti, miro fijamente tus ojos, detrás de un revólver blanco que parece formar parte de tu cuerpo, y dejo el mío sobre la mesilla, clavando los ojos en la luna, que brilla tanto como tus ojos, que ya no resisten el llanto.
-Ven conmigo, acércate- Mi voz tiembla menos, pero me es difícil contenerme -Que raro es todo esto ¿no?, ¿Cuánto tiempo haca ya?- Veo por el reflejo de la ventana como te acercas, dejas el revólver junto al mío y te apoyas en la mesilla, mirándome. -Tres siglos, puede que algo más-
Me rodeas hasta colocarte a mi lado, mirando la misma ventana. Dudo un momento, pero al fin, cojo tu mano, y lo demás surge, como surgia antes...nos abrasamos, aún dudamos en el beso, pero nos miramos fijamente, dejamos de ocultar nuestras alas, después de trescientos años volvemos al fin a mostrar nuestras apariencias, y el blanco de tus alas vuelve a mezclarse con el negro de las mías, y tus palabras: -Te quiero, en todo este tiempo no he dejado de quererte ¿Por qué has tardado tanto?. yo sólo te abrazo más fuerte, te beso, y respondo -No importa, lo que importa es que ahora estamos juntos, y somos libres...

4 comentarios:

the fallen angel dijo...

Siento haber hecho esperar una semana, en compensación, esta semana escribo dos entradas

Lavernne & Persephone dijo...

La espera contigo siempre vale la pena, solo que voy a tener que esperar hasta el 2 de Enero para leer la siguiente, porque si me cierran la biblioteca, me cierran el internet...

No se como te arreglas para escribir así y que no parezca que dices siempre lo mismo, insuperable...

No me decepciones,jejej

merodeante nocturno dijo...

me pone los pelos de punta es demasiado para mi en una entrada es todo tan... esta todo tan bien puesto... no se q sera lo siguiente pero espero q al menos sea la mitad de bueno q esto y aun asi sera de lo mejor q e visto

Lavernne & Persephone dijo...

Por favor, pon algo!!!!

P.d: Soy favole... (por si hay confusiones...)

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